Reforma del baño: adaptar el espacio para las necesidades especiales
Cuando nos planteamos una reforma del baño, siempre nos vienen a la mente cuestiones como la comodidad, el confort, el estilo o el interiorismo. Sin embargo, solemos perder de vista algo tan relevante como la accesibilidad. Aquellos que conviven con personas con alguna clase de problema de movilidad o discapacidad no son las únicas que deben tener en cuenta este factor. En muchos casos, pensamos estar reformas para el futuro.
Reformar y adaptar
La reforma de un baño, como decíamos, debe implicar también la adaptación a las necesidades que puedan aparecer más adelante. Cuando hablamos de un local público, la ley tiene unas exigencias que no pueden eludirse. Sin embargo, en casa deberíamos tener en consideración el factor de accesibilidad, porque todos nos hacemos mayores y algunos familiares, incluso aunque no sean convivientes, podrían necesitar de un lugar de aseo personal adaptado especialmente para ellos. La accesibilidad se consigue proyectando, diseñando, adaptando y modificando un espacio para hacerlo más aprovechable y fácilmente accesible para las personas discapacitadas, particularmente aquellas con capacidades motriz o sensorial reducidas o impedidas.
No renunciar a la estética
Un baño adaptado no tiene que ser necesariamente un lugar grande, en el que prima la funcionalidad, carente de diseño o estilo, lleno de objetos y artilugios. Nuestro baño puede ser también ese rincón agradable de la casa, en el que dedicarse tiempo, en el que relajarse u que, además, trasmita también nuestra personalidad y estilo. Tenemos que dar una empresa de reformas con dilatada experiencia que nos satisfaga en ambos sentidos. No nos privemos de belleza, como tampoco de funcionalidad.
Adaptemos según las necesidades
Contar con una empresa de reformas que sabe lo que hace resulta clave en este caso porque no es lo mismo una adaptación para una persona con dificultades de movilidad, que puede presentar diferentes grados, un anciano, una persona que precise la constante asistencia de otra para sus actividades diarias de aseo personal, o incluso aquellos casos en los que se precisa el apoyo de una silla de ruedas. Por otro lado, cuando hablamos de discapacidad visual, será necesario tener en cuenta el contraste de colores, las texturas y la organización del espacio. En todos los casos, el tipo de lavabo, el plato de ducha, el espacio circundante, los accesorios, el material de suelos y de pared deben estar pensados y proyectados para las necesidades especiales de unos usuarios en concreto. De ahí la importancia de que quien lleve a cabo nuestra reforma cuente con la experiencia necesaria en este tipo de proyectos.